Haz que te escuchen
Y convence con tus palabras
¿Has sentido a veces que estás hablando y
que la otra persona no te escucha?
¿Qué puede estar pasando?
Tengo dos noticias para ti. Una mala y una buena. La mala es que es casi seguro que estás cometiendo algún error que aleja la atención de tus destinatarios. La buena es que tiene solución. ¿Cómo? Analízate, observa si:
- Utilizas muletillas.
- Tienes algún tic nervioso.
- Repites mucho la misma frase.
- Hablas con un tono monótono.
- Tú desvías tu mirada atendiendo a otros factores.
- Te extiendes demasiado y no llegas nunca a la conclusión.
- Tiendes a la exageración.
- Recurres a las excusas.
- Transmites falsedad.
- Eres radical, inflexible y tiendes a emitir sentencias con cada opinión.
- Eres negativo.
- Criticas a tu entorno.
Respecto a estas cuatro últimas características, pocas actitudes hay que provoquen más rechazo que la mentira, la radicalidad, la negatividad y el chismorreo.
¿Cómo hacer que te escuche?
- Cuenta cosas interesantes. Aporta valor.
- Sonríe. Se amigable, agradable. Cualquier comentario, incluso una crítica, se puede aceptar bien si se dice con afecto y delicadeza.
- Se conciso. La concreción es un valor que te hace más interesante. Vivimos en el mundo de la inmediatez, en el que nos impacientamos si una web tarda mas de un segundo en cargarse, así que imagínate el efecto que puedes provocar tú si te pasas media hora dando rodeos hasta que llegas al núcleo de la historia. Duermes a tu interlocutor.
- Añade toques de humor.